jueves, 22 de junio de 2017

Cuando la homosexualidad se abrió al mundo

Si hablamos de antropología, estaremos refiriéndonos a la disciplina que estudia  los rasgos físicos de una comunidad humana, o sus rasgos sociales o culturales. Aunque es una ciencia antigua y con muchos antecedentes, oficialmente nació a principios del siglo XIX, y desde entonces, muchos estudiosos han visto su nombre asociados a ella, llegando a interesantes conclusiones y descubriendo al mundo nuevas culturas. Y sin embargo, los homosexuales nunca han parecido ser un grupo digno de ser considerado apto para el estudio para ella.

El otro día, mientras veía unos videos gay por internet (qué viva el porno online), me andaba preguntando cuántos estereotipos hemos asignado a los homosexuales, tanto a hombres como a mujeres, pero más a los hombres. Esto debe ser porque eran más visibles que ellas, que se suponían en su casa todo el día dedicadas a las tareas domésticas y a tener hijos, salvo algunas raras excepciones; los hombres sin embargo hacían más vida social, y aunque en ciertos períodos de la historia ser maricón y decirlo era casi jugarse la vida (o ni tan casi), tenían más oportunidad de compartir esos sentimientos, e incluso encontrar pareja siempre con las debidas precauciones que socialmente se debían adoptar.

Pero lo cierto es que, a partir del nacimiento de la antropología, se puede decir que la comunidad homosexual fue totalmente invisible para ella. Y no sé si casi es mejor así, porque en las pocas veces que la ciencia se ha interesado por la homosexualidad, ha decidido que era una enfermedad y que había que emplear los métodos más bestias para arrancarla de raíz. Con ningún otro grupo humano  se ha actuado así, estoy pensando ahora mismo en los aborígenes de África o Sudamérica: no se ha pensado que sus costumbres o su anclaje en su vida tradicional sea una tara, una enfermedad o una manifestación de retraso mental. Se ha respetado su forma de vida, y se ha estudiado para comprenderla, pero no para destruirla.

Por suerte, la comunidad gay, más que ninguna otra homosexual, se está abriendo, y su manifestación más clara es que mañana se celebra el Día del Orgullo Gay en todo el mundo. Sería de desear que escucháramos a sus integrantes, que como grupo nos contaran aquello que los caracteriza socialmente hablando, sin que tengamos que echar mano de los distintos tópicos que a veces inventamos y no tienen ninguna razón de ser.


Este año, la fiesta del Orgullo Gay en Madrid se considera mundial, con lo que se espera afluencia de ciudadanos de todas partes. La cultura gay se está imponiendo y mueve muchos millones de la economía de un país, además de ayudar a la tolerancia y a resaltar ciertos valores cívicos. Si eso no merece un estudio antropológico, la verdad, no sé qué puede aportar al mundo el saber cómo viven las tribus más perdidas del Amazonas.